Apellido de origen toponímico, no demasiado frecuente y repartido por España, con sus principales asientos en Albacete, Valencia, Madrid, Barcelona, Ciudad Real, Murcia, Toledo, Jaén, Baleares y Cuenca.
Tuvo su origen en Tébar (Cuenca) y Tébar (Murcia), cuyo nombre tomaron (por ser originarios de alguno de dichos lugares) los progenitores de las familias hoy así apellidadas, según fue costumbre en la Edad Media.
El topónimo Tébar es para unos tratadistas de origen prerromano, mientras que otros, como Albaigés, lo relacionan con el árabe –tabîr- (tambor), voz de origen persa, aunque añade que parece preferible considerar que debió originarse de modo similar a Teba (Málaga), deformación árabe del antiguo nombre (Ostippo).Ya en el siglo XVI fueron reconocidas como hidalgas familias de este apellido.
Así, ante la Real Chancillería de Valladolid vieron reconocida su hidalguía Gómez de Tébar, vecino de Toledo, en 1579, y el Bachiller Tébar, vecino de Aranda de Duero (Burgos), en 1556.
Ante la Real Chancillería de Granada hicieron la misma probanza de hidalguía: Francisco de Tébar, vecino de Alcañabate, en 1524; Hernando de Tébar, vecino de Belmonte, en 1573; Juan José y Francisco Tébar, vecinos de Hontanaya, en 1775; Leonardo Tébar e hijos, vecinos de Hontanaya, en 1775, y Lope de Tébar, vecino de El Hinojoso, en 1540, todo ello en la provincia de Cuenca.
Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica”, recoge para Tébar: En azur, cinco estrellas, de oro, puestas en cruz.
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