Muy antiguo apellido, bastante frecuente y repartido por España, si bien es recurrente en Galicia, Castilla-León, Madrid, Vizcaya, Barcelona, País Valenciano y algunas zonas de Castilla-La Mancha y Andalucía. Procede de una antigua práctica que consistía en añadir la expresión – de Dios- al nombre de bautismo, como advocación al Altísimo, de modo que el añadido –de Dios- terminó por convertirse, en algunos casos, en apellido de familia.
El filólogo Ríos y Ríos, en un documento castellano del siglo XI, encontró a un arquitecto llamado Petrus de Deo, lo que manifiesta la antigüedad de la práctica. Hubo, por tanto, distintas casas solares de este apellido, no emparentadas entre sí. Ante la Real Chancillería de Valladolid probaron su nobleza, entre otros de este apellido: Francisco de Dios, vecino de Alaejos (Valladolid), en 1559; Andrés de Dios, vecino de Pedroso (Valladolid), en 1705, y Manuel Eugenio de Dios y Canaval, natural de Betanzos (La Coruña) y vecino de Tolojolo de Cartagena, Indias, en 1795. Igual probanza de nobleza hicieron ante la Real Chancillería de Granada, Francisco de Dios y Ayuda, vecino de Castro del Río (Córdoba), en 1776, y Antonio Ortiz de Cózar de Dios y Ayuda, vecino de Begíjar y Baeza (Jaén), en 1725.
Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica”, tomo letras D-LL, página 610, recoge para este apellido, el siguiente escudo de armas: En campo de plata, un castillo, de gules, aclarado de oro.
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