Apellido castellano de origen toponímico y muy escasa difusión, con sus principales asientos en las prov. de Córdoba, Málaga, Barcelona y Madrid; asientos menores hallamos en las prov. de Sevilla, Cádiz, Valencia, y Ávila, entre otras.

Procede del topónimo Villatoro, nombre de varias poblaciones en Ávila y Burgos. El origen etimológico del topónimo es, según el filólogo Gutierre Tibón, el latín Villa Gothorum, “villa de los godos”. Según el antiguo tratadista José Pellicer de Tovar hubo una muy antigua casa de este apellido en la villa de Laredo (Cantabria).

Ante la Real Chancillería de Valladolid probaron su hidalguía: Ana de Villatoro, vecina de Móstoles (Madrid), 1538; Gaspar Villatoro, vecino de Granada, 1550; Gerónimo de Villatoro, vecino de Móstoles, 1536, y Sebastián Villatoro, vecino de Granada, 1550.

Diego de Villatoro y Mtez. de Nieva, nacido en Madrid en 1636, fue Secretario de S.M. y litigó su nobleza para ingresar en la Militar Orden de Santiago, en 1685. Luis de Villatoro probó su nobleza anta la Justicia ordinaria de la villa de Madrid, en 1584. Pedro de Villatoro, vecino de Sevilla, ejercía en el año 1534 su profesión de cerrajero en dicha ciudad.

Armas.- Los originarios de las Montañas de Santander y radicados en Andalucía: En campo de oro, una torre de piedra, y a su pie, un toro pardo, pasante. Bordura de oro.

VILLATORO

Apellido muy antiguo, noble y principal, de origen Castellano, concretamente de Cuéllar, provincia de Segovia. Tuvo su máximo esplendor en tiempos de los Reyes Católicos, siendo Don Pedro de Villatoro, caballero hijodalgo al servicio de los monarcas, el primero de su apellido. Se extendieron por la Península, hacia Extremadura y Andalucía, y probaron su nobleza e hidalguía en las Órdenes de Calatrava, Santiago y Carlos III, en los años 1620, 1710 y 1815.
Armas:

En campo de gules, una punta de lanza, de oro.