Linaje de infanzones aragoneses que consta documentado, al menos, desde el siglo XV (años 1400), época en la que ya radicaban sus miembros en la provincia de Huesca (de la que es originario), y en la de Zaragoza. Es apellido poco frecuente, con sus principales asientos en las provincias de Barcelona, Zaragoza y Huesca; otros asientos notables hallamos en la provincia de Lleida y en la Comunidad de Madrid, y de menor importancia en otras muchas, como las de Tarragona, Valencia y Castellón. Proviene del latín –palatium-, que generó la antigua voz –palacín-, que significaba “palaciego, cortesano” y que ya aparece como nombre de persona en documentos aragoneses de los siglos XII y XIV (años 1100-1300). Tuvieron los Palacín su primitivo solar en la villa de San Martín de Benasque (Huesca), desde donde sus ramas se pasaron a Bielsa, Zaragoza (desde 1651), Huesca (desde 1694) y Barbastro (desde 1763). Con anterioridad, según consta en el censo aragonés de hogares del año 1495, hubo casas en las villas de Ara, Arbués, Baraguás, Espuendolás y Noves (Jaca, Huesca). Bartolomé Palacín, de Huesca, vio reconocida, en 1691, su infanzonía por los tribunales aragoneses. Igual condición probó Jerónimo Palacín, natural de Zaragoza, en 1651.De Barbastro (Huesca) fue Juan Palacín, que obtuvo sentencia confirmatoria de su infanzonía en 1763.
Armas.- El Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” recoge: En campo de oro, una cruz de gules, hueca y floreteada.
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