Muy antiguo apellido de origen toponímico, poco frecuente y registrado sobre todo en la provincia de Barcelona, Comunidad de Madrid y provincia de Jaén. Procede este apellido (que en la antigüedad se escribía Dávalos) del nombre de la villa de San Félix de Dávalos, en Navarra, cuyo significado, según el tratadista vasco Endika de Mogrobejo”, es el de “encinar”. Ya en el año 1162, Ximeno Dávalos, Juan Manuel Dávalos y otros, hicieron donación al Monasterio de San Millán de la Cogolla de todas sus propiedades en San Félix de Dávalos.
Se refiere a los de este apellido el historiador Argote de Molina en su obra “Nobleza de Andalucía” (Sevilla, 1548), señalando que eran originarios de la citada villa navarra, y que fueron caballeros muy principales y destacados en la conquista a los moros de la ciudad de Úbeda (Jaén). Ante la Real Chancillería de Valladolid probaron su hidalguía en los años que se indican, entre otros: Antonio de Ávalos, vecino de Guadalajara, en 1558; Hernando de Ávalos, vecino de Valladolid, en 1558, y Pedro de Ávalos, vecino de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), en 1561. Ante la Real Chancillería de Granada hicieron la misma probanza de hidalguía, entre otros: Diego de Ávalos, vecino de Cuenca, en 1590; Gonzalo de Ávalos, vecino de Úbeda (Jaén), en 1577, y Pedro de Ávalos, vecino de Almagro (Ciudad Real), en 1545.
Armas.- Unos Ávalos: En campo de oro, cuatro palos de gules. Bordura de oro, con ocho escudetes de plata, cargado cada uno de una banda de azur.
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