Apellido castellano, relativamente frecuente y repartido por España, si bien se registra sobre todo en Madrid, siendo muy notable su presencia en Barcelona, Valencia, Córdoba, Toledo, Huelva y Sevilla, y menor en Sta. Cruz de Tenerife, Alicante, Cádiz, Ciudad Real, Granada, Málaga, Sevilla, Zamora y Burgos, entre otras provincias.
Procede del gentilicio –zamorano-, “natural u oriundo de Zamora”, nombre de una provincia e histórica ciudad, cuyo origen es prerromano y su significado incierto. Ya en el siglo VI aparece llamada –Semure-. En euskera existe la voz –zamora”, “carrascal”, “arroyo en la cañada”, tal vez relacionada con el origen del topónimo.
Ante la Real Chancillería de Granada vieron reconocida su nobleza, en 1803, Alfonso, Andrés, Juan, Pedro, Miguel y Rafael Zamorano Jurado, así como su primo, Andrés Antonio Herrera Zamorano, vecinos todos ellos de Villanueva de Córdoba.
Igual reconocimiento obtuvieron, Bartolomé de Anchia Zamorano y hermanos, vecinos de Palomares (Córdoba), en 1656, y Juan García Zamorano, vecino de Villafranca (Córdoba), en 1505.
Por otra parte, probaron su nobleza para ejercer cargos ante el Santo Oficio de la Inquisición de Córdoba: Pedro Zamorano y Cuevas, natural de Lucena (Córdoba), para persona honesta, en 1699, y Juan Zamorano y Rajadel, natural y escribano del Cabildo de Villafranca, para familiar, en 1700.
Armas.- Fueron las primitivas: En campo de gules, un castillo, de plata. Bordura de oro, con ocho roeles de gules.
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