Apellido riojano de origen toponímico, poco frecuente y disperso por España, con sus principales asientos en Álava, La Rioja, Vizcaya, Guipúzcoa, Madrid y Burgos.
Tuvo su origen en la villa de Peciña, del municipio de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja), cuyo nombre tomó.
Cuando don Ramiro, infante navarro, en su testamento firmado en el año 1100, insta la fundación de la casa divisera de Santa María de la Piscina y un Monasterio en la Sonsierra navarra, ya existía el lugar llamado Piscina (mencionado en el Cartulario de San Millán, en 1087), en cuya cercanía se levanto el Monasterio dedicado a Nuestra Señora de la Piscina.
El poblado de Piscina se trasladó a sitio más alto a finales del s. XV (donde hoy se encuentra), y tomó el nombre de Peciña.
En 1551 contaba Peciña con veinte vecinos. Ante la Real Chancillería de Valladolid probaron su hidalguía: Ángel Matías de Peciña, vecino de Ábalos (la Rioja), en 1760; Fco. de Peciña, Gregorio de Peciña y Juan de Peciña, vecinos de Almaraye, en 1538; Miguel de Peciña, de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja), en 1593; Pedro Vicente de la Peciña, de Belorado (Burgos), en 1797; Tomás de Peciña, vecino de Anguciana (La Rioja), en 1719; Matías Peciña García de Olano, de Madrid, en 1806; Bernabé Peciña Olarte, de Madrid, en 1802, y Plácido de Peciña Terreros, vecino de Ábalos (La Rioja), en 1794.
Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” recoge para Peciña: En campo de oro, un gallo blanco (de plata), en una ribera, de sinople.
|