Este apellido es muy extendido en la península con numerosas casas solariegas.
Apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la embajada que envió Alfonso II al emperador Carlomagno en Aquisgran, formando parte de las tropas de escolta que transladaron la noticia de la recuperación de Lisboa el año 798. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la negociación con los franceses del Tratado de los Pirineos el 7 de Noviembre de 1659, y en especial en la exacta delimitación de la frontera con Cataluña y Francia. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Gómez De Las Bárcenas. Son sus armas: Partido. Primero: en oro tres fajas de gules, y bordura de plata, con ocho cruces floreteada de sinople (Gómez). Y segundo: en sinople una torre de oro sobre ondas de agua de azur y plata, y dos perros también de oro empinados a los muros de la torre; partido de gules con cinco hoces de plata, puestas en aspa. Bordura de estas dos últimas divisiones de plata, con ocho aspas de gules. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia G., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento faja quiere decir que pertenecieron a órdenes militares de caballería. Los esmaltes del arma de los G. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte dicho esmalte señala a la familia con la felicidad, el amor, la nobleza y el esplendor, es decir, es el más noble de los metales.
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