JENERAL NEIRA
De la "Corona fúnebre" de este ilustre jeneral, publicada en enero de 1841, tomamos la siguiente NOTICIA BIOGRÁFICA, que, siendo escrita por una de las plumas mejor cortadas de esa época, nada deja que desear, i a la cual nada podia agregarle con la suya el autor de esta obra para hacer de esa noticia una completa biografía.
"El coronel JUAN JOSÉ NEIRA nació el 23 de diciembre de 1793, en una hacienda del vecindario de Gachantivá en la provincia de Tunja: de edad de un año perdió a su padre, i hasta la de diez en que fué conducido a una escuela de esta ciudad, permaneció al lado de su madre. Despues de haber concluido su estudio de gramática latina, lo condujeron las personas de su familia, a cuyo Cargo estaba, a la hacienda del Rabanal, en donde permaneció hasta que a mediados del año de 1810 fué comisionado por el gobierno de Tunja con el grado de capitan, para establecer las milicias de Guachetá i Lenguazaque; comision que desempeñó con perseverancia i celo, manteniendo a su costa 25 hombres acuartelados por el espacio de 6 meses.
"En los años de 1812 i 13 dió evasion con eficacia i puntualidad a diversas comisiones del gobierno, i a los 21 de edad se desposó con la señora Liboria Acevedo i Tejada. En 1815 fué nombrado jefe de la guardia nacional del congreso, que en aquel año se reunió en esta capital.
"Posteriormente, cuando el ejército espedicionario invadió las provincias esternas de la Nueva Granada, formó un escuadron de sus arrendatarios i de varios vecinos de Guachetá i Lenguazaque; lo montó en los caballos de su hacienda, lo racionó de su peculio particular, i con él se incorporó a las tropas independientes que fueron derrotadas en Cáqueza por Calzada. Con varios de sus compañeros, logró internarse en los llanos de Casanare: allí últimamente, i lidiando siempre por la independencia de su patria, fué hecho prisionero por los españoles; pero logró fugarse, i vino a esta ciudad, teatro entónces de los furores i escenas sangrientas de Morillo. Convencido de que no era posible en aquellos momentos promover un movimiento reaccionario, fué a sepultarse al páramo de Gachantivá, a vivir independiente i libre, i libre e independiente vivia cuando fué a buscarlo su esposa, que lo condujo a un campo no mui léjos de Choachí.
"Allí permaneció oculto algun tiempo, i desdeñó con noble i patriótico orgullo el indulto que tuvo a bien hacerle ofrecer el señor Jurado, esperando alguna ocasion propicia para lanzarse otra vez a la lid en defensa de los fueros nacionales. No tardó ésta en presentarse, i reunido a la guerrilla que en aquel tiempo levantaron los Almeidas, dió pruebas, en repetidos combates, de su indomable valor. Al fin, i no mui léjos de Chocontá, se encontró con los jefes españoles Tolrá i Alonso con fuerzas tres veces superiores en número a las suyas, i resolvió hacer a la salud de su Patria i de sus compañeros i amigos, el grande cuanto glorioso sacrificio de su persona. Les previno que se retirasen a Casanare; que reunieran allí fuerzas, alentaran el espíritu independiente de ese pueblo valeroso, i se dispusieran a libertar el pais; prometiéndoles que con tres de sus compañeros favorecerla su retirada, haciendo frente a la numerosa partida que los atacaba. La hizo en efecto, i al declinar del dia, muertos ya los tres soldados, fué hecho prisionero, despojado de su ropa, ligados fuertemente sus robustos brazos a la espalda, i arrastrado por un sarjento negro que se iba gozando con brutal alegría en el precio que se le esperaba por conducir ante sus verdugos a la ilustre victima.
"El ánimo altivo de NEIRA no podia tolerar la afrenta de ser conducido ignominiosamente a la capital, ni dar a sus enemigos el: triunfo de hacerle espirar sobre el patíbulo que le estaba destinado: superior siempre a todos los peligros, al pasar cerca de un precipicio de enorme altura, i que lo forma una peña tajada, se lanzó por él, su conductor tuvo que soltar la soga con que le conducia atado. Una especie de hamaca formada cerca de la sima del precipicio, de cañas silvestres vulgarmente denominadas chusques i de bejucos, detuvo el cuerpo en su rápida caida. ¡Así suele salvar la Providencia, por vías estraordinarias, a los hombres que destina para el cumplimiento de un designio suyo!
"Al cabo de dos o tres horas de afan, pudo el sarjento dar con una senda escarpada i difícil, i bajó en busca del cuerpo, que suponia despedazado, para cortarle la cabeza i conducirla a sus jefes; pero NEIRA sin sentido, i casi sin aliento, permanecia en su lecho providenciai: varias veces lo rodeó el inexorable sarjento, i se retiró por ultimo, trocados en temores su esperanza, i en pena su complacencia.
"Al amanecer comenzó NEIRÁ a recobrar el sentido, i recobrado que lo hubo, logró por repetidos esfuerzos desatar sus fuertes ligaduras, i arrastrarse hasta la primera casa que encontró, en donde a los cuidados de sus dueños, i a su robusta constitucion, debió su completo restablecimiento.
"Poco tiempo despues se ocultó en Pacho, hacienda cercana a Cipaquirá; pero los sacrificadores buscaban con incansable teson a su víctima, i de repente, una noche, cuando nadie lo temia i NEIRA se encontraba rodeado de algunas personas de su familia, se presentan a prenderlo 20 soldados armados: con su intrepidez ordinaria los atropella, i se escapa por la puerta misma de que se habian apoderado, única de la pieza en que se encontraba.
"Despues de tres años de constancia, de espléndidas muestras de valor, de sacrificios i de penalidades, vió triunfar en Boyacá la noble causa que defendia, i fué inmediatamente a servir el destino de juez político i comandante militar de Chocontá, en donde des plegó su actividad i celo por el servicio nacional. El año de 1820 Solicitó marchar a la campaña del sur, i marchó en efecto, sin admitir racion ni sueldo: en Pitayó el cuerpo en que servia estaba destinado a la reserva, pero pidió permiso para entrar en la batalla, i combatió al lado de tantos valientes como en ella se distiguieron.
"La Pérdida de su salud le obligó a regresar a esta ciudad el año de 18 i se retiró con su familia a cultivar su pingüe herencia, abandonada tanto tiempo hacia: allí el célebre guerrero, hecho otra vez agricultor i ganadero, mejoraba con su industria i su trabajo sus propiedades rústicas, contribuia con larga mano a las necesidades de la patria, sostenia a su anciana madre, hacia la dicha de su esposa i de sus hijos, i dispensaba a sus vecinos jenerosa proteccion.
"Así vivió hasta el año de 1831 en que de nuevo empuñó las armas para ayudar al restablecimiento del gobierno lejítimo, destruido en la ominosa jornada del Santuario, En Ubaté, presentándose el primero a cuartel defendido por escelentes soldados veteranos cayó gravemente herido; pero sus compañeros se lanzaron en pos de él i acabaron la empresa que habia acometido con tan temerario valor. Entónces fué que dispuso se asistiera i cuidara con decidido interes al centinela que lo habia herido, i que tambien lo estaba de algun peligro; porque, como dijo en aquellos momentos: "Ese es un soldado valiente, qué a darme un balazo no ha hecho mas que cumplir con su deber."
"Restablecido el gobierno lejítimo, se retiró a cuidar de sus propiedades, otra vez abandonadas, i a recibir nuevos testimonios del aprecio i confianza de sus compatriotas. Las provincias de Bogotá i Tunja le nombraron diputado a la gran convencion, i renunció este destino como mas tarde el de senador al congreso constitucional de 1834 porque tan modesto como valiente, creia que no habiendo sido educado para la tribuna, ni versado en el manejo de los negocios políticos, no podia hacer a su patria todos los bienes que la deseaba. En 1836 se resigné por fin a tomar asiento en el senado; i allí, defensor como siempre de las instituciones patrias, del gobierno nacional del pueblo i de la libertad, acreditó que en el cuerpo lejislativo, como en el campo de los pastores i en los campos de la guerra, la felicidad de su pais natal era el pensamiento que le dominaba.
"Agravados sus males, creyéndose por ellos i por la herida que habia recibido en Ubaté, ya inútil para la campaña, pidió una i otra vez su licencia absoluta del servicio militar, o letras de cuartel sin goce alguno de sueldo El gobierno accedió al fin a lo segundo, señalándole 93 pesos de pension que era lo que correspondia por el tiempo de su servicio. Esta era la primera suma que NEIRA iba a recibir del tesoro nacional; pero la cedió para una obra cualquiera de beneficencia, i últimamente a favor de una de las familias arruinadas por los españoles, i cuyo padre hubiese perecido por la libertad. La señora Catalina Tejada en quien concurrian estas circunstancias i la de ser madre política de NEIRA i percibió durante 6 años la pension que a su yerno habia concedido la lei.
"En 1840, en esta época tan luctuosa, tan llena de infidencia i de traiciones, el soldado de la Patria abandonó otra vez, i ya para siempre, su pacífico hogar, para dar las ultimas pruebas de lealtad, de desinteresado patriotismo i de escelso valor. Llamado restablecer el órden alterado en la provincia de Tunja, se presentó al frente de aquella ciudad con 30 húsares, i a su solo nombre huyeron despavoridos 400 facciosos: sigue tras los que se han retirado hácia Paipa, i en este pueblo atacó a 300, con 4 húsares, porque su impaciencia no le permitió esperar a 20 mas que conducia, i se habian quedado atrasados: los venció, tomó prisioneros a muchos, les otorgó su libertad en el momento, i mandó pie a sus espensas se curase a los heridos.
"El mismo lo estaba desde el principio del combate, i mandó que a sus espensas se curase a los heridos.
"El mismo lo estaba desde el principio del combate, i as continuó la campaña obrando con acierto i actividad para atacar por San Jil a la ciudad del Socorro, cuya provincia se habia sublevado en combinacion con las de Tunja, Casanare i Pamplona; pero el triunfo que alcanzaron los facciosos en la Polonia hizo necesario que las mui pocas tropas que obraban por la provincia de Tunja recibiesen órden de replegarse a Bogotá.
"En peor i mas difícil situacion se encontraba esta ciudad en aquellos momentos que Roma, cuando humilladas sus águilas i rotas sus lejiones en la guerra ibérica, sus senadores, sus patricios i el pueblo todo esclamaban: "hai quien nos salve?" Allá Escipion, i acá NEIRA, ofrecieron salvar a su Patria, i NEIRA i Escipion cumplieron su palabra.
El caudillo granadino se presenta: a su voz el espíritu adormecido del pueblo se reanima, se despierta el entusiasmo, i logra la espléndida victoria de Buenavista, sobrado cara para la República, a no haberle importado su salud i redencion. Una hora combatió NEIRA. despues de haber recibido la herida que le empujó al sepulcro: combatia, ya casi desmayado, con su Vigor de siempre, hasta que obtuvo tan difícil i celebrado triunfo.
"Como ha podido observarse por la rápida reseña que hemos hecho de la carrera i proezas de NEIRA, no se ejercitaba habitualmente en la honrosa profesion militar: su alma elevada como que desdeñaba los triunfos fáciles, i aun parecia adormecerse en los tiempos de algun sosiego; pero en los grandes conflictos de la Patria, cuando un peligro inminente la amenazaba, o se veía sériamente comprometido algun principio importante de libertad i salud pública entónces el soldado ciudadano, abandonándolo todo, madre i esposa, hijos i fortuna, se lanzaba a la pelea, i se lanzaba con tal brio que la posteridad acaso reputará como fábula sus hechos En el momento del triunfo, sin pedir ni aceptar ninguna especie de recompensa, volvia a la vida privada, a sus faenas campestres. Esta parecia ser su ocupacion predilecta; i así era que este guerrero, tan justamente afamado i célebre, i quizá sensible al suspiro de la belleza, rico i jeneroso, hermoso de rostro i de persona, no tenia uniforme i ni aun las insignias de su clase. El uniforme, la banda i las charreteras con que está en la tumba, los estrenó su cadáver.
"A ella ha descendido tan ilustre granadino, sin que una mancha, ni aun lijera, oscureciera su vida. Grandes fueron sus servicios a la Patria, pero grande es tambien la recompensa que le han tributado sus compatriotas. Jamas, mortal alguno ha recibido en esta tierra iguales testimonios de aprecio i de confianza, i es probable que ningun otro alcance a merecerlos, tan espontáneos, tan tiernos i sinceros. NEIRA habia dominado al pueblo con su gloria i grandeza: su cadáver fué al sepulcro regado con las lágrimas del magnate i del mendigo: la vírjen pura i la casta matrona, tejian guirnaldas para el héroe vivo, para el héroe muerto: la casa del rico ostentaba el lujo de su duelo, i el humilde albergue del pobre se decoró tambien hasta con los negros vestidos de la miseria. El mortal que pudo así enseñorearse sobre el altivo i desconfiado corazon de los republicanos, quien pudo inspirar tal entusiasmo hasta en las clases rudas de la sociedad que no comprenden la gloria ni la elevada virtud, ¿podria ser otra cosa que un hombre estraordinario i grande? NEIRA lo fué."
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Feliz aquel que, como NEIRA, pueda decir con verdad al fin de sus dias: me he consagrado todo entero a la Patria; nada he hecho que desdiga del honor i de la virtud, i rindo mi vida en servicio de mis compatriotas. NEIRA murió con la muerte de los héroes, llevando a la tumba una reputacion inmaculada, que ni la mas impudente calumnia podria jamas mancillar.
Su fallecimiento ocurrió el dia 7 de enero de 1841, a consecuencia de la herida que recibiera en el combate de Buenavista.
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