Se trata de un apellido que lo mismo puede ser consignado como Fuente, que como De la Fuente, o Fuentes. Esta palabra tiene su origen en la latina "fons", que significa manantial de agua que brota de la tierra. Es un apellido de los denominados toponímicos. Fuente es, por tanto, originario de un lugar así denominado y se encuentra sumamente extendido por toda la Península Ibérica, habiendo pasado al continente americano donde, asimismo, es bastante corriente. Son muchos los autores que señalan que al encontrarse tan extendido en toda España, la mayoría de sus casas solares no tienen la más mínima relación entre sí. No obstante en lo que sí parecen estar todos de acuerdo es que hubo una antiquísima casa de este linaje en la provincia de Santander, y de ésta fue de la que partieron las ramas que se fueron extendiendo, primero por Asturias y después por otros lugares de la Península.
En lo que se refiere a las armas utilizadas por esta familia; sucede que existen ciertas variaciones en las mismas: aparte de la que podríamos denominar como "general" para todos sus miembros, algunos ponen en su escudo, en plata, una fuente natural de seis caños, cuyas aguas caen en el pilón de ella; bordura de azur con cinco flores de lis de oro interpoladas a cinco calderas jaqueladas de oro y sable. Estas armas las traían aquellos del linaje Fuente pertenecientes al lugar de San Clemente, de la provincia de Cuenca y a cuya casa perteneció el coronel don Francisco de la Fuente, Gobernador y Teniente de Capitán General de Yarapacá (Perú), que fue Caballero de Santiago en 1.791.
Fueron muchos los miembros de este apellido que hicieron probanza de hidalguía ante las Reales Chancillerías a fin de poder ingresar en las diversas Ordenes Militares, y también litigaron entre sí por la citada hidalguía ante las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada. Entre los conquistadores de Nueva España figura don Alonso de la Fuente, natural de Toledo, que pasó a las Indias en 1.513, estableciéndose definitivamente en la ciudad de Méjico.
Escudo de Armas: Por el mismo motivo traen diferentes armas según las ramas, las más comunes son: En campo de azur cinco flores de lis de oro puestas en sotuer. Bordura de oro con ocho calderas de sable. En campo de oro, tres encinas de sinople, terrasadas de lo mismo, en la primera de ellas un lobo empinado a su tronco de sable. En campo de oro una cruz floreteada de gules cantonada de otras cuatro cruces de lo mismo. Bordura de plata con ocho calderas de sable.
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