Apellido relativamente frecuente y repartido por España, con sus principales asientos en Cádiz, Madrid y Badajoz, siendo notable su presencia en Ciudad Real, Sevilla, Segovia, Barcelona, Toledo y Valencia. Presenta, además, las formas de escritura “de Flor” y Flor.
Procede de apodos relativos al sustantivo –flor-, común al castellano, gallego y catalán, razón por la cual hubo distintas casas del mismo, no emparentadas entre sí. Entre las primeras familias que pasaron a la repoblación del Reino de Valencia las hubo de este apellido, con casas en Massamagrell (1271), Silla (1379), Traiguera (1679), etc. En Aragón, según el censo aragonés del año 1495, había casas del mismo en Estercuel (merindad de Alcañiz), Montalbán y Muniesa (merindad de Montalbán). En Catalunya, según los datos del censo catalán de hogares de 1553, las había en Linyola (Lleida), Puigvert de Lleida, Lleida, etc.; Riudellots de la Selva, Tordera (Girona), etc. Ante la Real Chancillería de Valladolid probó su nobleza, en 1793, Juan de la Flor, vecino de Madrid. Igual probanza de nobleza hizo, en 1551, Lucio de Flor y consortes, vecinos de Belalcázar (Córdoba). Los de la Flor de Extremadura, según el “Nobiliario de Extremadura”, establecidos en Miajadas (Cáceres), eran oriundos de la Montaña de Santander.
Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” recoge para (de la) Flor, en primer lugar: En azur, tres flores de lis, de oro, bien ordenadas.
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