Apellido de origen patronímico, más frecuente como Diego, siendo “de Diego” la forma antigua de escritura del mismo. Es apellido relativamente frecuente y se halla muy repartido por España, si bien, como “de Diego” se registra sobre todo en Madrid, Castilla-León, Castilla-La Mancha y algunas zonas del norte peninsular, como Cantabria y Asturias. Procede este apellido del nombre castellano de bautismo Diego, derivado del nombre medieval Dia o Día, forma abreviada del nombre Diago, derivado, a su vez, del de Santiago, del latín Sanctus Iagus.
Probaron su nobleza ante la Real Chancillería de Valladolid, entre otros muchos caballeros de este apellido: Juan de Diego, vecino de Campo de Caso, en 1592; Joaquín de Diego, vecino de Peñacastillo (Cantabria), en 1772; José de Diego, vecino de Monte (Cantabria), en 1772; Juan de Diego, vecino de Las Presillas (Cantabria), en 1759, y Manuel de Diego, vecino de Nájera (La Rioja), en 1740. Igual probanza de nobleza hicieron ante la Real Chancillería de Granada: Pedro de Diego Gil, vecino de Manzanilla (Huelva), en 1536, y Diego Francisco Diego Madrazo y Ontañón, vecino de Jete (Granada), en 1778.
Armas.- El “Heraldario Europeo, Español y Americano”, tomo IV, página 95, de don Vicente de Cadenas y Vicent, Cronista Rey de Armas contemporáneo, recoge para “de Diego” el siguiente escudo de armas: En campo de plata, un castillo, de azur, almenado, mazonado de sable y aclarado de oro
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