Para conocer los antecedentes históricos, de este ilustre linaje, nos basaremos en los datos que refiere, al respecto, el genealogista y Rey de Armas, don Juan de Mendoza.
De acuerdo a lo que escribe el citado genealogista, los varones de este linaje fueron siempre muy estimados, por sus singulares méritos, que se hicieron visibles por sus hazañas en los campos de batalla al servicio de sus reyes.
Se distinguió especialmente, don Juan Cañavate de la Cueva, que se hizo merecer de todos los elogios, por sus valerosos y leales servicios a la corona, durante la conquista del reino de Granada.
Más tarde, este mismo caballero, don Juan Cañavate de la Cueva, tornó a distinguirse en la sofocación de las sublevaciones que se levantaron en contra los Reyes Católicos.
Pasó después, al servicio del emperador Carlos V, al que permaneció fiel en las luchas de los comuneros, a los que combatió en la defensa de este emperador participando en la batalla de Villalar que, acabó con la derrota de los partidarios de las Comunidades.
Por estos hechos, Carlos V, en el mes de octubre del año 1.559, premió los servicios de tan leal vasallo, concediéndole títulos de nobleza para él y todos sus descendientes, nacidos y por nacer, tanto varones como hembras, armándole caballero de la Espuela Dorada y habilitándole para todos los actos honrosos que, pertenecen a los caballeros de dicha Orden.
Todo lo anterior lo expresa el anteriormente citado Rey de Armas don Juan de Mendoza, mediante un certificado que a petición de don Jorge de Cañavate y Velasco, Capitán de infantería en el partido de Chinchilla, le fue expedida, añadiéndose además, que dichos privilegios de nobleza fueron confirmados más tarde por el rey don Felipe IV, el 27 de noviembre del año 1.629.
ARMAS:
Escudo partido en palo: 1º; en campo de oro un aguila negra coronada y exployada, con el pico abierto y las patas bajas. 2º; sobre azur cinco estrellas de cinco rayos cada una, de oro, en sotuer. Bordura de gules y ocho castillos de oro.
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