Apellido, relativamente frecuente y repartido por toda España, procedente del topónimo Cabañas, nombre de poblaciones como Cabañas de Ebro (Zaragoza), Cabañas de la Sagra (Toledo), Cabañas de Polendos (Segovia), etc., cuyo nombre tomaron primero como apodo y después como apellido individuos que eran naturales u originarios de dichos lugares, según fue costumbre en la Edad Media. El topónimo Cabañas deriva del latín –capanna-, “construcción rural rústica de piedra o madera”. Hubo, por tanto, antiguas casas del apellido Cabañas, no emparentadas entre sí. Una de ellas tuvo su origen en Cabañas de Ebro y otra en Calatayud (Zaragoza), población en la que tuvieron enterramiento propio en la iglesia Mayor. Felipe IV concedió a los Cabañas de Calatayud privilegio de Caballeros, pasando algunas de sus ramas a Catalunya. Otra casa de Cabañas hubo en Laredo (Cantabria), con ramas en Solórzano y en Castropol (Asturias). Juan Cabañas, vecino de Toral de los Guzmanes (León), probó su hidalguía ante la Real Chancillería de Valladolid, en 1536; Alonso de Cabañas, vecino de Santibañez de Vidriales (Zamora), lo hizo en 1536, y Bernardino de Cabañas, vecino de Villaquejida (León), en 1574. Otros Cabañas, radicados en Extremadura, La Mancha y Andalucía, probaron su hidalguía ante la Real Chancillería de Granada.
Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” recoge, en primer lugar: En oro, tres bandas de gules, y brochante sobre el todo, una torre de plata.
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