Este apellido es muy extendido en la penísula con numerosas casas solariegas. Por referencias de historiadores de la época en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la repoblación de Tarragona realizada por Ramón Berenguer III y culminada por San Olegario y el caballero normando Robert Bordet a principios del siglo XII. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la lucha sindical consecuente a la revolución industrial del siglo XIX, especialmente con la instalación del telar a vapor. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Balledor. Son sus armas: En oro, un ciervo de sable, llevando en su pico una panela, de gules. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia B., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento ciervo es el símbolo de prontitud, de ligereza, de temor, y de recelo, no habiendo animal que le iguale en uno y otro. Los esmaltes del arma de los B. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte dicho esmalte señala a la familia con la felicidad, el amor, la nobleza y el esplendor, es decir, es el más noble de los metales.
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