Este apellido es muy extendido en la penísula con numerosas casas solariegas. Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la campaña contra el Islam acompañando las huestes de D. Alfonso señor de Molina y hermano de Fernando III el Santo rey de Castilla, en la batalla de los campos de Jerez en 1231 contra Aben Hud. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de las huestes de los tercios de Nápoles, mandados por D. Fernando de Toledo duque de Alba, que ostigaron en 1557 a las tropas del Duque de Guisa que fueron derrotas sin presentar batalla y obligadas a retirarse otra vez a Francia con deshonra y oprobio. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Balaciart. Son sus armas: En plata, una mesa, de oro y sobre ella un libro y una pluma y un tintero, de gules. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia B., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales. Los esmaltes del arma de los B. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad son las características espirituales de la familia, a las que hay que añadir otras como el afán de victoria y éxito y la elocuencia.
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