Apellido poco frecuente y registrado, indistintamente, como Alvear o Albear, tal vez procedente –según señala el filólogo Gutierre Tibón- del latín –alvearium-, “colmena”, “panal”. Tienen los Alvear sus principales asientos en Barcelona, Sevilla y Cantabria, siendo menor su presencia en Valencia, Vizcaya, Guipúzcoa, Burgos, Madrid, Córdoba, Cádiz, Valladolid, Asturias, Málaga, etc.
Tuvieron los de este apellido antigua casa solar en las montañas de Trasmiera, en el lugar de Hazas (valle de Soba); en Junta de Voto, en Hazas de Cesto, en Santa María de Cayón, etc., todo ello en Cantabria. Sus ramas pasaron a otros lugares de Castilla y Andalucía. En el padrón que se hizo en Santa María de Cayón (Cantabria) en el año 1616 figura como Hijodalgo, Francisco Alonso de Alvear, vecino de dicho lugar. En enero de 1699 fue nombrado Corregidor de Madrid, Diego Alvear (o Albear), que pasó después como Fiscal a Navarra. Probaron los Alvear o Albear su nobleza para ingresar en la Orden Militar de Santiago, en 1613, 1642 y 1650; para ingresar en la de Calatrava, en 1696, y para hacerlo en de Carlos III, en 1794.
Ante la Real Chancillería de Granada probaron su nobleza en los años que se indican: Santiago María de Alvear, vecino de Montilla (Córdoba), en 1780, y Manuel de Alvear y Cruz, vecino de Belmonte (Cuenca), en 1780. Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica”, tomo letras A-CH, página 101, recoge para Alvear, en primer lugar: En campo de plata, dos luceros, de azur.
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