Apellido, relativamente frecuente y repartido por España, si bien se registra sobre todo en Vizcaya, Cantabria, Asturias y Madrid, siendo notable su presencia en Barcelona, Álava, Palencia, León, Zamora, etc. Procede de apodos derivados de la voz castellana –allende-, “más allá de”, “de la parte de allá”, “al otro lado de”, en referencia al lugar de residencia de determinado individuo. La voz dio también origen a topónimos, como Allendelagua (Cantabria). Hubo distintas casas solares de Allende, no emparentadas entre sí, siendo las más notables las que hubo en el valle de Gordejuela (Vizcaya), en el Concejo de Burón (León), en Sorribas, en Valdebárcena y junto a Cangas (Asturias). Pasó a Hispanoamérica. Probaron su nobleza ante la Real Chancillería de Valladolid: Blas Antonio, Francisco Antonio y Pedro Antonio de Allende, naturales de San Pablo de Sorribas (Asturias) y vecinos de Cangas de Onís, en 1764; Juan de Allende, vecino de Riosa, en 1530, y Romualdo Bartolomé de Allende, vecino de Rada, en 1831. Pedro de Allende Mercado de Manzanar de Talledo, natural de Otañes (Cantabria), probó su nobleza para ingresar en la Orden de Calatrava, en 1699.
Francisco de Allende, natural de San Pelayo, probó su nobleza ante la Justicia ordinaria de Arciniega (Álava) y en Bilbao, en 1570. Varios individuos de este apellido obtuvieron Sello Mayor de hidalguía en la villa de Bilbao.
Armas.- Unos Allende: Cuartelado. 1º y 4º: En sinople, una torre de oro, con puertas y ventanas de azur, y 2º y 3º: En oro, un grifo rampante, de gules
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