Apellido de origen toponímico, relativamente frecuente, sobre todo en la Comunidad Valenciana, donde tienen sus principales asientos en las provincias de Alicante y Valencia; otros notables asientos se registran en las provincias de Barcelona, Comunidad de Madrid, Albacete y Comunidad de Murcia, y menores en las de Lleida, Tarragona, Castellón, Huesca, Zaragoza, Baleares, Málaga, etc. Procede del topónimo Alberola, nombre de una población leridana, cuyo étimo, según Coromines, es una forma colectiva y diminutiva derivada del latín –albus-, “blanco”. Pasó este apellido a la repoblación del antiguo Reino de Valencia, levantando casas en Cocentaina (1290), Valencia (1306), Alzira (1399) y Alicante (1421). Más tarde, tuvieron noble casa solar en las villas de Muchamiel y Jávea, ciudad esta última en la que Juan Alberola fue Jurado en 1548 y Gaspar de Alberola ejerció el cargo de Justicia en 1558 y 1566. También de Jávea fue José Alberola Rigalt Sapena y Sancho, quien probó su nobleza para ingresar como religioso en la Militar Orden de Montesa, en 1710. En Catalunya, según los datos recogidos en el “Fogatge” o censo catalán de hogares del año 1553, Andreu Alberola era vecino de Vilanova de Meyà (Lleida), y mosén Alberola, capellán, vivía en la ciudad de Lleida. En Aragón, según el censo de 1495, una familia Alberola vivía en Ballobar (merindad de Barbastro, Huesca).
Armas.- En campo de plata, un árbol de dos ramas, de sinople, sobre ondas de azur y plata.
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