Roberto Aguiló, principe poderoso, oriundo de Alemania, en quien campeaban las dotes de valiente y católico capitán, poseía además grandes riquezas, y en el año 1129 el conde de Barcelona le dió en feudo la ciudad y campo de Tarragona. Tubo Roberto un nieto llamado Guillermo, que se señaló en servicio del Rey D. Pedro II de Aragón, y un biznieto del mismo nombre que por su arrojo y valentía era el terror de los moros en la conquista de Valencia, hacía tanto caso el rey a D. Jaime de Guillén Aguiló, que en una ocasión por solo su rescate dio 60 moros. Ostentaba por arma escudo de oro, y una aguila esplayada y coronada.
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