Apellido gallego (también escrito Aboi), poco frecuente y repartido por España, si bien tiene sus principales asientos en Pontevedra y A Coruña, siendo notable su presencia en Madrid y Barcelona.


En general, tuvo su origen en la aldea de Aboy, perteneciente al municipio de Caldes de Reyes (Pontevedra), aunque existen otros lugares llamados Aboy, en las provincias de A Coruña y Lugo, cuyo nombre tomaron individuos que eran originarios de los mismos, según fue costumbre en la Edad Media.


Aboy deriva, según el filólogo Gutierre Tibón, de la voz vasca –aboi, aboy-, “lugar de arándanos”, de la raíz –aboi-, “arándano”. Desde Galicia se extendieron las ramas de este apellido, ya en tiempos antiguos, por León, ambas Castillas, Asturias y Andalucía, principalmente, donde levantaron nuevas casas. Andrés Aboy Fontenla nació en Padrón (La Coruña), hijo de Andrés Aboy y de María Fontenla; pasó a Concepción (Chile), en 1763, como familiar del obispo Espiñeira; en 1804, siendo cura rector de la Catedral de Concepción, se le presentó para una canongía de aquella ciudad. En el Archivo General Militar de Segovia se guardan los expedientes de los oficiales Ramón Aboy, Infantería, 1829; Juan Aboy Hernández, Infantería, 1834, Hijo de Coronel, y Ramón Aboy y Rosados, Infantería, 1809. Armas.- “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” recoge, en primer lugar: En oro, dos lobos de sable, andantes y lampasados de gules; en los ángulos altos del escudo, un arpón acerado, de azur.