Apellido de origen vasco cuyo significado es parte anterior del árbol.
En el partido judicial de Aoiz (Navarra), hay dos lugares llamados A. Alta y A. Baja, de los que indudablemente procede este linaje. El Doctor Isasti, en la descripción que hizo de los solares de Guipúzcoa y Navarra, los genealogistas Baltasar de Echave, el Bachiller Zaldivia y otros que escribieron sobre tan noble apellido, aseguran - confirmando lo que antecede - que la casa y palacio del linaje de A. tiene su asiento, desde tiempo inmemorial, en el Valle de Aezcona y pueblo de A., del que tomaron, sin duda, el nombre de esta familia, que floreció siempre en aquel suelo, sin haber jamás descendido en estimación y nombradía, siendo considerada como una de las primeras pobladoras de aquel Valle, y mereciendo sus vástagos particular aprecio, no sólo allí, sino en todos los puntos donde fueron radicando sucesivamente las diversas líneas procedentes de esta casa matriz. Ninguno de dichos tratadistas ni otros que hemos conultado con objeto de averiguar quién fué el fundador del citado solar, aportan noticias sobre ese extremo. Otra casa muy antigua. Es posible que A. y Abaurre sea un mismo apellido. Los tratamos, no obslante, por separa do, ya que los genealogistas que hablan extensamente del apellido Abaurrea, no citan ni una sola vez el apellido A. Son escasísimas las noticias de éste, que hemos podido hallar tras amplias investigaciones. En un manuscrito inédito que contiene interesantes datos sobre vecindarios, ejecutorias, etc., del país vasco, señalado con la signatura 11.768 de la Sala de Manuscritos de la Biblioteca Nacional, se hace mención de Florián A., pero no se indica cuál fué su escudo de armas. En cambio, en el legajo de certificaciones libradas por Jerónimo de Villa, se encuetra una cita de este apellido, que sicintamente dice describiendo sus armas: En campo de plata, un árbol de sinople, y un lobo de sable empinante al tronco.
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