Apellido poco frecuente y repartido por España, si bien se registra sobre todo en Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla-León.
Procede de apodos relacionados con la voz astur-leonesa –zapico-, “recipiente para colocar la piedra de afilar la guadaña”, “vasija de ordeñar”. Tuvieron los Zapìco antiguas y nobles casas solares en Asturias, Cantabria y León.
Probaron su hidalguía ante la Real Chancillería de Valladolid: Alonso de Zapico, vecino de Valcueca (León), en 1540; Domingo Zapico, vecino de Gradefes (León), en 1715; Domingo Zapico, vecino de Mansilla Mayor (León), en 1779, etc.
Litigaron su nobleza ante la Real Audiencia de Oviedo: Francisco Zapico, vecino de Ríoseco y originario de Laviana (Asturias), en 1830; Juan Zapico, en 1831; José Zapico, vecino de San Miguel del Mar, sobre capellanía, en 1819; José Zapico y Rodríguez, vecino de Mieres y originario de Langreo (Asturias), en 1787, etc. Luis Zapico de Cabreros, natural y jurado de Córdoba, vecino de Madrid, probó su nobleza para ejercer el cargo de Familiar ante el Santo Oficio de la Inquisición de Toledo, en 1698, y su mujer Isabel Martínez, natural Madrid.
En Riaño y Carasa (Cantabria) también hubo ilustres casas de Zapico.
Armas.- Aunque son varios los escudos para Zapico, el “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” recoge: En oro, tres cabezas de moro, con turbante, de sinople, goteando sangre, puestas en faja y acompañadas, en jefe y en punta, de dos alfanjes, de plata, goteando sangre.
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