Aunque en Tiberio Claudio Nerón figuraba como praenomen, y nos es conocido así para distinguirlo de otros personajes con el mismo nombre, es muy probable que gracias a él, "Tiberio" comenzara a figurar como cognomen en adelante, ya que formal y originalmente no existía una gens Tiberia.
Éste pudo continuar figurando aún después de la caída de Roma y llegar como apellido aún hasta nuestros días, demostrando con ello lo inusual que es.