La documentación que nosotros poseemos fija su origen en Asturias, aunque muy pronto se extendió por toda la Península. Sobre la base de este apellido acaso podría deducirse que existiendo en España tantas villas, pueblos, comarcas, cadenas montañosas de este nombre, es posible que por haber nacido, o haber estado afincadas en tales lugares, algunas familias adoptaran como apellidos dichos nombres. Esta posibilidad la señala Julio Atienza en su “Nobiliario Español” y es posible que se encuentre en lo cierto, las noticias que este tratadista tiene, y la documentación que poseemos nosotros, no menciona el por qué de este linaje se le llamó Sierra. Existe también otra posibilidad: En la antiguedad, a aquellos guardas a caballo que recorrían las sierras guardando que la ley se respetara en ellas, se les denominaba “Caballeros de la Sierra”. ¿Puede esto significar que fue uno de estos funcionarios de la Corona el que añadió a su apellido el de “Sierra” en relación con el cometido que ejercía? Geográficamente, este nombre se encuentra muy extendido en España y naturalmente, toda la América Hispana. Precisamente el apellido a que nos venimos refiriendo pasó al Nuevo Mundo desde los primeros tiempos del Descubrimiento y colonización. Entre los hombres que acompañaron a Hernán Cortés, se puede encontrar a un tal Gaspar de la Sierra. Aquí nos encontramos ante el problema, que sí puede denominarse del origen del apellido. ¿Este personaje tenía por cierto el Sierra por apellido o por ser natural de alguna serranía, sus compañeros lo denominaron Gaspar, el de la Sierra?. Recuérdese el caso de Rodrigo de Triana, cuyo apellido no era tal, sino que fue así llamado por haber nacido en aquel barrio sevillano. Entre los Sierra mejicanos, descendiente de la línea española que pasó a aquel país, puede citarse a Justo Sierra, célebre político y escritor mejicano, que se destacó durante el gobierno el presidente Porfirio Díaz, terminando su vida en Madrid donde murió siendo embajador de Méjico.
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