Apellido patronímico derivado del nombre propio «Sancho» (Sanctius), al igual que Sáenz, Sáez y Sáiz, muy usado en la antigüedad. Como la mayor parte de los de su género; tuvo y tiene gran difusión en todas las regiones españolas y países iberoamericanos. Sus características son las repetidamente explicadas en las informaciones de otros patronímicos, tales como Alonso, Álvarez, García, Gómez, González, Gutiérrez, Pérez, Ramírez, etc.
El linaje más antiguo que existe de este apellido, es de La Rioja, posteriormente se extendió por toda la Península.
Sin embargo hay que advertir, que el Sáinz lo han llevado y llevan familias de muy distinto origen, sin nexo de sangre, ni de parentesco, cuya investigación, en la mayoría de los casos, sería estéril intentar averiguar. Sólo aquellas en las que perdura su condición hidalga mantenida durante siglos, por la tradición de padres en hijos, por la notoriedad de su ascendencia, claro indicio de abolengo, y sobre todo por documentos probatorios de su arranque, lugares en que sus casas radicaron y prerrogativas y distinciones alcanzadas, ofrecen posibilidades para el estudio de su desenvolvimiento genealógico.
Probó numerosas veces su nobleza en diversas épocas, en la Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara y San Juan de Jerusalén, en las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada, y en la Compañía de Guardias Marinas.
Usan las mismas armas que los Sáenz.
Armas:
En campo de oro, un castillo, de sinople, aclarado de plata, y atado a su puerta un oso, de sable, empinado.
En campo de azur, una torre, de oro.
En campo de plata, un toro, de sable, parado: bordura de gules, con dos castillos, de oro, puestos en jefe y en punta.
En campo de plata dos contrafajas, de azur y oro, perfiladas de gules.
|