De Castilla la Vieja, de la mística ciudad de Ávila de los Caballeros, vinieron los Rengifo a las posesiones españolas de América: unos a la provincia de Popayán, en el Nuevo Reino de Granada; otros al Virreinato del Perú y, lo que nos incumbe, a Santiago de Nuevo Extremo, capital del Reyno de Chile.
Viejas crónicas hacen figurar a los Rengifo entre quienes contribuyeron a la reconstrucción de la ciudad de Ávila y a levantar sus muros protectores, allá por el año 1090, tras la reconquista de la
plaza de manos de los sarracenos. Manifiestan esas relaciones que los de este linaje “son muy nobles y antiguos caballeros hijos-dalgo” y que sus armas son “un escudo, el campo de oro y en él un león
rampante de bleu, coronado y armado de sable y lampasado de gules; orla asimismo de oro dividida del campo por un perfil sable y en ella ocho aspas también de bleu”.
Los Rengifo eran tradicionalmente señalados en Ávila por sus aficiones literarias, a las que el bisabuelo y antecesor de nuestro informante en el cargo de cronista, don Juan Antonio Mayoral,aludió a la siguiente estrofa destinada a un antiguo convento de
la ciudad:
“Tienen una librería
compuesta de algunos cuerpos
sin alma, porque de viejos
la carcoma los ha muerto.
Solo el arte de Rengifo,
arte de componer versos,
es lo más nuevo que tienen
y le falta ya el pellejo”.
Rengifo de Chile. En el siglo XVIII, el Rey Carlos III designaría a don Francisco Rengifo Corregidor de la Ciudad de Mendoza, perteneciente entonces al Reyno de Chile, cargo que Rengifo se excusó de aceptar por motivos de familia. Las instrucciones reales, que el Corregidor debía observar y guardar en el uso y ejercicio del corregimiento, estaban contenidas en un documento extendido en Madrid el 15 de julio de 1773. Ellas revelan un notable sentido de justicia y de buen orden administrativo que hacen honor a la Corona de España.
La relación de los méritos y servicios del Fundidor Mayor don Francisco Xavier Rengifo Becerril, consta en el documento otorgado en Madrid el 26 de noviembre de 1778 por la Secretaría del Supremo Consejo y Cámara de las Indias, y que se transcribe
a continuación:
RELACIÓN de los Méritos y Servicios de
D. FRANCISCO XAVIER RENGIFO
Fundidor Mayor de la Real Casa de la Moneda de la Ciudad de Santiago de CHile.
Consta que es natural de la Villa de las Navas del Marqués, Diócesis de Ávila; de edad de cincuenta y nueve años cumplidos el 22 de mayo último; hijo legítimo de D. Francisco Rengifo y de doña Micaela
Gerónimo de Becerril, y de familias conocidas, tenidas y reputadas por caballeros Hijos-dalgo, habiendo tenido varios parientes en empleos muy
honoríficos, como entre otros lo fue el Sr. Marqués de Torrenueva,Secretario del Despacho Universal de Hacienda, Indias y Marina,así como los señores de Almarza, los condes de Araujo y los marqueses de campotejar.También figuran dentro de su linaje Juan Diáz de Rengifo, autor del arte poética española; Juan Vázquez de Rengifo, quien murió en la guerra de Granada enviado por los reyes católicos; Gil Vázquez de Rengifo, embajador de Carlos V ante los comuneros; Reginaldo Rengifo, confesor de Carlos V; Pedro de Granada Rengifo marques de Camporrey; varios de este linaje llevaron el hábito de Santiago y pertenecieron a diversas órdenes.
Que su padre sirvió a S. M. con el empleo de Alférez en las campañas que hubo desde el año de mil setecientos seis hasta el de setecientos y diez, en que por haber quedado muy herido, y con imposibilidad de continuar el servicio, le fue preciso retirarse; y que en atención a sus méritos, le concedió S. M. la Tesorería de las Obras de Fortificación de la Plaza de Badajoz, que exerció hasta su muerte.
Que el Virrey del Perú Conde de Superunda, atendiendo a que en el referido D. Francisco Xavier Rengifo concurrían, además de sus méritos propios y heredados, el honor, aplicación, zelo y experiencia militar que se requerían, le nombró en primero de abril de mil setecientos y sesenta por Alferez de la Compañía de Caballos de su Guardia, cuyo empleó
desempeñó con la actividad y honor correspondiente a sus obligaciones.
Que el mismo Virrey le promovió al gobierno de la Provincia de Camaná, en ocasión que ocurrió el rompimiento de la guerra con Inglaterra; con cuyo motivo, desde su ingreso se exercitó con la mayor eficacia en dar el debido cumplimiento a las repetidas órdenes que se le comunicaban por el
Virrey, así para el resguardo y seguridad de las costas de aquella provincia como para el arreglo e instrucción de las Compañías del Batallón de ella,
en que impendió incesante fatiga y costos, desempeñando en todo su obligación a satisfacción, y con aprobación del Virrey.
Que igualmente desempeñó con acierto el empleo de Corregidor y Justicia Mayor de la referida Provincia de Camaná: que dio las cuentas de todos los ramos que fueron a su cargo, pertenecientes a los cinco años que exerció el empleo: que hizo íntegramente y con puntualidad los enteros correspondientes en las respectivas caxas.
Que habiéndose retirado a la Ciudad de Santiago de Chile
para atender a su muger, que es de las principales familias de aquel Reyno, ocurrió al Superior Gobierno de él, haciendo justificación de varios documentos justificativos de su mérito y procedimientos,
a fin de que se le declarase deber gozar del fuero militar, y usar del uniforme respectivo, por haber servido más tiempo que el que prescribe la Real Ordenanza; y que por Decreto de veintiuno
de abril de mil setecientos sesenta y nueve se declaró así, mandando que se tuviere presente su mérito, para que fuese atendido en lo que pudiese ocurrir para alivio de su familia.
Que el Gobernador y Capitán General, que fue de aquel Reyno D. Francisco Xavier de Morales, atendiendo a la notoria calidad, mérito y buena conducta del referido D. Francisco Xavier
Rengifo, le nombró por Fundido Mayor de aquella Real Casa de Moneda con el sueldo anual de mil pesos, según el Reglamento Provisional formado para dicha Real Casa, nuevamente incorporada a la Corona, y le despachó el Título correspondiente en siete de
julio de mil setecientos setenta y dos.
Y últimamente consta, que a consulta de la Cámara de
Indias de diez de marzo de mil setecientos setenta y tres, concedió S. M. al mencionado D. Francisco Rengifo el Corregimiento de la Ciudad de Mendoza en aquel Reyno; y que habiendo recibido el respectivo Título, que fue expedido en quince de julio siguiente, se presentó con él ante el actual Gobernador y Capitán General D. Agustín de Jáuregui, haciendo dimisión y renuncia de este empleo, y exponiendo los justos motivos que le asistían para ello, así por estar informado de que aquel Corregimiento no tenía asignado salario alguno, y carecer enteramente de emolumentos,
como por hallarse empleado en aquella Real Casa de Moneda, de cuyo sueldo pendía la subsistencia de su crecida y honrada familia de muger e hijos.
Formóse de varios documentos, exhibidos por parte de este interesado, que se volvieron, y del enunciado Expediente de renuncia, que queda en esta Secretaría del Supremo Consejo, y Cámara de Indias, por lo tocante al Perú, y a lo Indiferente:
de que certifico, como Secretario de S. M. y oficial segundo de ella.
Madrid y noviembre veintiséis de mil setecientos setenta y ocho.
Dionisio Jph. Ruiz.
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