Apellido castellano de origen toponímico, poco frecuente y disperso por España, con su principal en Madrid, notable presencia en Zaragoza, Barcelona, Guadalajara y Lérida, y menor en Valencia, Vizcaya, Soria, Ávila, Alicante, Córdoba, Gerona, etc.
En general tuvo su origen en la villa de Perdices, perteneciente al municipio de Viana (Soria), cuyo nombre tomaron los progenitores de las familias hoy así apellidadas, desde donde pasó a otros lugares de Castilla y a Aragón.
No obstante, en otros casos pudo generarse a partir de apodos relativos al sustantivo castellano –perdiz-, en su forma plural, aplicados a individuos que se dedicaban a la cría, comercio con perdices, etc. En Aragón, según el censo del año 1495, una familia apellidada Perdices (Perdizes) vivía en la localidad de Bordalba (Merindad de Calatayud).
Otras antiguas casas de este apellido hubo en las localidades de Medinaceli (Soria), Almaluez (Soria), etc., con ramas que pasaron a California y La Florida, en Nueva España. Juan Bautista Perdices de la Peña, vecino de La Coruña, probó su hidalguía ante la Sala de los Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid, en 1761.
En el Archivo General Militar de Segovia se guardan los expedientes de los oficiales Juan Perdices Salmerón, Infantería, 1859; Pedro Perdices de Haro, Caballería, año 1862, “Persona Conocida”, y Ramón Perdices Castro, Infantería, 1884.
Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” recoge para Perdices, en primer lugar: En oro, dos montes, al natural y entre ellos, un río.
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