Antiguo apellido de origen alavés, bastante frecuente y repartido por toda España, procedente, según Mogrobejo, de la voz euskera –montoia-, “sitio de pastos”, “pastizal de juncos”.
Añade Mogrobejo que la primitiva casa solar del linaje Montoya radicó, desde tiempos inmemoriales, en la villa de Berantevilla (Álava), algunas de cuyas ramas pasaron al condado burgalés de Treviño, Santa María de Tobera, Pobes, Miranda de Ebro y otras localidades próximas. También se tienen noticias de antiguas casas de este apellido en Grijota (Palencia), y en Chinchón (Madrid).
De Berantevilla fueron Rui Díaz de Montoya y Álvaro de Montoya, que se distinguieron por su valor en la batalla de las Navas de Tolosa contra los moros, en 1212, y Diego de Montoya, en 1227, fue uno de los once hijosdalgo principales que se hallaron en la conquista del Alcázar de la ciudad de Baeza (Jaén).
En la conquista de Granada, al servicio de los Reyes Católicos se halló, en 1492, el Capitán Juan de Montoya, quien quedó heredado en aquellas tierras, dejando en las mismas amplia descendencia., y el Doctor Gaspar de Montoya fue miembro destacado del Consejo de la Reina doña Juana y de su hijo el Emperador Carlos V.
Probaron los Montoya su nobleza, a lo largo de varios siglos, ante las Reales Chancillerías de Valladolid y de Granada, así como su ingreso en las antiguas Órdenes Militares.
Armas.- Unos Montoya: De azur, con diez panelas de plata, puestas tres, tres, tres, y una en punta. Bordura de sinople, con el cordón de san Francisco, de plata.
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