Muy antiguo apellido catalán, en general, de origen toponímico, poco frecuente y registrado sobre todo en la provincia de Barcelona, siendo notable su presencia en la de Tarragona y menor en las de Girona, Valencia, Alicante, Baleares, Castellón y Lleida, entre otras.
Procede del topónimo El Milà, nombre de una población en la provincia de Tarragona, procedente, según señala Moll en su obra “Els Llinatges Catalans”, del sustantivo milà, “ave diurna rapaz empleada antiguamente para la caza”.
Sin embargo, también es posible que Milà provenga del nombre personal germánico Milan, derivado de la raíz gótica mil-, “bueno, generoso”, o de una variante de Millà. Aparece este apellido entre los primeros repobladores catalanes de reino de Valencia, con casas en Morvedre (1244), Sueca (1245), Xátiva (1248), Traiguera (1379), etc.
Los primitivos Milà, a los que algunos tratadistas hacen originarios de Francia, fueron señores del castillo y de la antes citada villa de Milà, siendo vendida por Hugonote de Milà a la iglesia de Tarragona.
Los Milà que pasaron a Valencia fueron barones de Masalavés, por privilegio del rey Jaime I de Aragón. En Catalunya, según el censo del año 1553, había casas de Milà en Barcelona, Vilafranca del Penedès, Avinyonet, Cervelló, Olérdola, Sitges, Sant Pere Molanta, La Aguda, Castelló (Barcelona) y Castelló de Farfanya (Lleida). Pere Milà fue elevado a la dignidad de Ciudadano Honrado de Barcelona en 1795.
Armas.- Unos Milà: De oro, un milano, de sable, pasante.
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