Probablemente proviene del griego Melissa Melisas de la primera declinación, nombre comun cuya traducción literal es abeja, esta palabra paso a ser un nombre propio en latín, Melissa-ae también de la primera declinación. Posiblemente el significado original fuese por el que hoy conocemos como melisa a una planta, de hermosas flores, muy usada en herboristería y con propiedades relajantes.
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