Que el Estado es el que promocionó estas corporaciones. No nacieron debido a la iniciativa privada sino a una conveniencia por parte del Estado de que la nobleza no fuera solamente cortesana, sino que se ejercitase en el manejo de las armas y la equitación. Hay que tener en cuenta que en los ejércitos del siglo XVI, el arma preponderante en las batallas era la caballería y se consideraba que era ésta, y no los infantes, la que decidía la victoria o la derrota en el combate. Los hombres de a pie los denominados "piqueros" así llamados por ir armados con picas, era el complemento, pero la fuerza que iniciaba la batalla era siempre la caballería. De ahí, que los reyes quisieran disponer siempre de una buena masa de jinetes bien entrenados y dispuestos para la guerra pero, al mismo tiempo, muy ahorrativos, que fueran los jinetes quienes se encargaran de la manuntención de sus caballos. No se trataba de formar escuadrones de caballería compuestos por soldados de paga, sino que todo le saliera gratis a la Corona. La fórmula estudiada no carecía de ingenio: ilusionar a los jóvenes nobles para que se entusiasmaran ante la posibilidad de formar parte de un cuerpo de honor, halagando su orgullo de caballeros dispuestos a dar la vida si era necesario por la persona de su rey y la integridad de su patria. Por tanto, se comenzó dando a estas corporaciones cierto sentido religioso, como si fueran cofradías, y así, sufragaban ciertas celebraciones religiosas, como las fiestas de los Santos Patrones, titulares en espectáculos destinados a fomentar el deporte, si así puede llamarse en la época, al tiempo que el manejo de las armas, en los que se ejecitaban los caballeros jóvenes. Las Reales Maestranzas se organizaban al estilo seguido por las cofradías: Hermano mayor, cargo que siempre era reservado al Monarca, maestro fiscal diputados, secretario, portero y capellán, aunque también existía un cargo con denominación marcial como el denominado "comisario de clarines". Todo esto ocurría en un tiempo en que las Ordenes Miliares, una vez conseguida la reunificación española, habían terminado su misión histórica que fue, como se sabe, la lucha contra los árabes invasores de la península, y la defensa de la religión cristiana. Pero si ya no quedaban sarracenos a los que combatir, el reino si que seguía empeñado en otras guerras aun con monarcas cristianos de otros países y era preciso, por tanto, contar con una fuerza armada hábil en el manejo del caballo y las armas. Las Ordenes Militares basaban su existencia, como ha quedado dicho, en la lucha contra los enemigos de la fe cristiana. ¿Cómo justificar que se empeñaran en combate contra las tropas de otro rey cristiano, por ejemplo el de Francia?. Cierto que las Ordenes Militares conservaban su gran importancia nobiliaria, pero su tarea guerrera había terminado y por tanto había que dar paso a otras corporaciones de carácter militar que suplieran a las Ordenes Militares que, aunque no de carácter tan duro y abnegado como aquellas, cumplieran la función militar. Al mismo tiempo se halagaba a la nobleza mediante la concesión de títulos y honores y venía a constituir un vínculo entre las clases nobiliarias de las distintas regiones de España. Fue por iniciativa del rey Felipe II por la que se creó la primera Real Maestranza. Fue este monarca quien mandó expedir, en la ciudad de Ronda, una Real Cédula fechada en Madrid a 6 de septiembre de 1.572 en la cual se aducía que los caballeros estaban sin armas ni caballos y con un casi nulo conocimiento de las artes militares, por lo que determinaba que se juntasen para constituir una cofradía, bajo la advocación de algún santo al objeto de celebrar justas y torneos, así como otros ejercicios militares. Los caballeros rondeños celebraron Junta el 3 de agosto de 1.573 y consecuencia de ella fue la creación de la Maestranza de Caballería eligiendo como patrona a Nuestra Señora de Gracia, en el Misterio del Dulce Nombre de María, obligándose todos a la defensa de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Quede constancia, pués, que la primera Real Maestranza de Caballería se constituyó en la ciudad andaluza de Ronda. Su número de componentes ha venido siendo ilimitado, sin requerirse ser natural o vecino de dicha ciudad para ser admitido, pero sí jurar y comprometerse a acudir a ella cuando fuera llamado. Sevilla, al tener conocimiento de la constitución de esta primera Real Maestranza de Caballería, se apresuró a seguir la iniciativa rondeña, instituyendo una cofradía bajo la advocación de San Hermenegildo. Pero la verdad es que esta Maestranza por diversas causas, no tardó en disolverse. No por eso, los caballeros sevillanos se desanimaron y en 1.670 formaron una Junta de la nobleza para formar y fomentar la equitación "a la jineta". Como primer acuerdo se tomó el de nombrar por Patrona a Nuestra Señora del Rosario. Al siguiente año, redactaron las ordenanzas que fijan la fecha de la constitución de la Real Maestranza de Sevilla, cuyos miembros lucharon bravamente y con heroicidad oponiéndose a la armada inglesa. Al estilo de la rondeña, la Maestranza Sevillana no puso límite al número de sus caballeros. La iniciativa de ambas ciudades andaluzas estimuló el deseo de otra ciudad del Sur, Granada, de seguir su ejemplo y así en el año 1.686 constituyó su Maestranza bajo la advocación de Nuestra Señora del Triunfo. El rey Carlos III, a la sazón ocupante del trono español, puso a esta Maestranza bajo su protección siendo el número de sus caballeros también ilimitado. En aquel tiempo, Valencia, se decidió también a fundar su propia Real Maestranza lo que se hizo en el año 1.697, admitiéndola el rey Fernando VI bajo su protección y queriéndola honrar se nombró a sí mismo Hermano Mayor de la misma. Ya en tiempos del rey Fernando el Católico existía en Zaragoza una cofradía de San Jorge formada por la nobleza de la ciudad, pues por Real Privilegio de 24 de mayo de 1.505, Fernando había confirmado los estatutos sometidos a su consideración. Sintió la capital aragonesa el deseo de contar con una Real Maestranza basándose en la antigua cofradía antes citada y con fecha 10 de Octubre de 1.819 decidió su transformación en Maestranza y teniendo en cuenta el favor real con que contaba Zaragoza por su comportamiento en la guerra de la independencia, la Corona le concedió el oportuno permiso, siendo nombrado Hermano Mayor el Infante don Francisco de Paula hermano de Fernando VII. Para el ingreso en las Maestranzas se requieren ciertas condiciones: La primera ser ciudadano español, luego, profesar la fe católica, probar la nobleza e hidalguía de sus cuatro primeros apellidos, excepto la de Ronda que tan sólo pide dos. En el caso de que el pretediente sea casado, es preciso de probar la nobleza o hidalguía de los dos primeros apellidos de la esposa, acreditar una conducta moral intachable y no conocérsele deudas. Con el tiempo, esas corporaciones, al igual que sucediera con las Ordenes Militares, dejaron de tener uso militar, convirtiéndose en meramente nobiliarias y en el uso del uniforme: La Maestranza de Ronda lleva como uniforme casaca y pantalón de paño azul, con cuello, solapa y chupa encarnada. La de Sevilla utiliza casaca encarnada, chupa, vueltas y pantalón azul y el sombrero es de galón. El uniforme de la de Granada es por el estilo de las demás, en azul y blanco. Valencia lleva por uniforme casaca y pantalón azul turquí, vueltas y solapas de grana y sombrero apuntado con galón. La Maestranza de Zaragoza tiene concedido uniforme que consiste en casaca de paño azul turquí, pantalón del mismo color y sombrero con pluma. Como complemento, todos los uniformes llevan espada, con la empuñadura ornamentada. La caballería, arma vital en las batallas de aquellas épocas y que en gran parte dependían de los señores feudales, fue sustituida por las Reales Maestranzas dependientes de la corona.
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