Este apellido es muy extendido en la península con numerosas casas solariegas. Apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la batalla de las Navas, acompañando al insigne arzobispo Rodrigo Jimenez de Rada en el asalto final y se dice que un miembro de esta familia es el que se apropió del famoso tapiz que suele llamarse "pendón de las Navas". Son sus armas: En sinople, un castillo, de oro, con dos niños delante de la puerta que se dan la mano. Bordura de azur, con este lema en letras de oro: "Custodit nos fraternus maro".
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