Apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la conquista de Lérida y Fraga (1.149) y Tortosa (1.151 aprox.) acompañando las tropas de los nobles que formaban el ejército de Ramón Berenguer IV y que obtuvieron los mismos privilegios de los Cruzados según la bula de Eugenio III. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la lucha sindical consecuente a la revolución industrial del siglo XIX, especialmente con la instalación del telar a vapor.
Armas: En plata, un lobo, de sable.
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