Estoy seguro que todos los Goldsteins, Finklesteins y Bernsteins en algún momento se preguntaron de dónde recibieron sus nombres.
A continuación un trasfondo histórico que ayudará aclarar un poco el misterio.
Fuera de los aristócratas y la gente rica, los judíos no tenían apellido en el este de Europa hasta la era de Napoleon, a principios del siglo 19.
La mayoría de los judíos de los países capturados por Napoleon, Rusia, Polonia y Alemania recibieron ordenes de conseguir apellidos para ordenar la cobranza de impuestos.
Después de la derrota de Napoleon, muchos judíos dejaron estos nombres y volvieron a sus nombres hebreos, por ejemplo, «Abraham ben Moshe» - «Abraham el hijo de Moshe». A lo largo de los años, estos nombres se modernizaron a nombres como Mendelsohn (hijo de Mendel), y Jacobson (hijo de Jacob), Levinson (hijo de Levi).
Durante el período de Emancipación, los judíos recibieron una vez más órdenes de tomar apellidos, principalmente por razones de impuestos.
En Austria, el emperador Joseph indicó a los judíos que tomen apellidos a fines del siglo 18. Esto siguió en Polonia en 1821 y en Rusia en 1844.
Es probable que nuestras familias tienen sus apellidos desde hace sólo 175 años o menos.
En Francia y en los países anglo sajones, los apellidos aparecieron en el siglo 16. Los judíos sefaradí tenían apellidos desde hace siglos.
En general, habían cinco tipos de apellidos. A veces, la gente tenía que pagar por la elección del apellido. Los pobres tenían apellidos que se les asignaban contra su voluntad.
Los nombres se daban a menudo de acuerdo con la ocupación de la persona. Nombres descriptivos como el jefe del hogar serían: Hoch (alto), Klein (pequeño), Cohen, Levy, Israel, Burger (habitante del pueblo), Shein (bonito), Gross (largo), Schwartz (oscuro o negro), Weiss (blanco) y Kurtz (corto).
Mucho también tenían nombres que describían sus ocupaciones. Por ejemplo, Holtz (alguien que tenía un terreno de con leña), Hotzknocker (leñador), Geltschmidt (orfebre), Scheider (sastre), Kreigsman (guerrero), Eisen (trabajador de hierro) o Fischer (pescador).
A veces le daban a una persona un apellido basado en los nombres de las ciudades de residencia. Por ejemplo, Berlin, Frankfurter, Danziger, Oppenheimer, Deutsch, Pollack, Breslau, Mannheim, Cracower, Warshawsky.
A veces, la gente compraba sus nombres, como Gluck (buena suerte), Rosen (rosas), Rosenblatt (papel de rosa, u hoja de rosa), Rosenberg (montaña de rosas), Diamond (piedra preciosa), Koenig (rey), Koenigsberg (montaña del rey) o Lieber (amado).
Otros se veían forzados a recibir nombres degradantes como Katzenelenbogen (hombro de gato).
La historia de los nombres judíos es fascinante, espero poder explayarme más en el futuro.
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