De gules, nueve castillos de plata, en el centro una flor de lis también de plata.
La Edad Media en la Villa de Híjar, fue comparable a la mayoría de poblaciones de la península. Con la caída del imperio romano, la población se dispersó y desaparecieron gran cantidad de fundaciones romanas.
De época altomedieval, dataría los restos conocidos como “Las Tumbas”, en el yacimiento de Las Vales, junto al yacimiento de “Los Palomaricos”. Consisten en tres tumbas antropomorfas excavadas en dos losas desprendidas del cabezo. Estas se corresponderían con una necrópolis visigoda, semejantes a las vecinas de las Lastras de San José, en Albalate del Arzobispo.
Durante la reconquista, la población no debió de suponer una gran resistencia, ya que Alfonso I “El Batallador” en 1118 conquistaba Belchite y en 1119 hacia lo propio con Alcañiz. Teniendo en cuenta que no se puede pasar de una a otra sin cruzar Híjar, nos inclinamos a pensar que en aquella época Híjar era una población poco importante o que no ofreció resistencia.
Parece ser que D. Galindo Jiménez, Señor de Belchite, hacia 1148, ensanchó sus dominios por la frontera sarracena hasta Castellote. Obteniendo de este modo el castillo de Híjar.
La Baronía de Híjar, se funda oficialmente el 20 de abril de 1268. Momento en el que el Rey Don Jaime I “El Conquistador”, otorgaba a su hijo Don Pedro; hijo natural que tuvo con Doña Berenguela Fernández de Navarra, la mitad del castillo de Híjar y Urrea. Don Pedro, adoptó el como apellido el nombre de la Villa, pasando a llamarse a partir de este momento D. Pedro Fernández de Híjar. Quedando ligado de este modo, el nombre de la Villa a la Casa Nobiliaria que ostentaba el título “de Híjar”. La Edad Medía, llegaría hasta el gobierno del VII Señor de Híjar, D. Juan Fernández de Híjar y Cabrera, quien estreno la dignidad de Duque de Híjar, desde el 16 de abril de 1483.
Durante este periodo, en la Villa de Híjar, coexistieron las tres religiones del libro. Cristianos, Judíos y Musulmanes, habitaron y se organizaron en sus propios barrios; siendo de gran importancia y trascendencia la presencia de las tres culturas para la Historia de Híjar.
Entre ambos Señores, muchas cosas ocurrieron en Híjar. Los Reyes de Aragón, colmaron la Villa de privilegios; siendo concedidas por Jaime I de Aragón, el 6 de las calendas de Abril de 1271 “mercado perpetuo todos los jueves de la semana”· Y el Rey Pedro III de Aragón, el 1 de las calendas de octubre de 1280, “15 días de feria para San Martín”.
En el año 1300, Dª. Marquesa Gil de Rada, viuda del I Señor de Híjar, deja para la Orden del Santo Sepulcro, unas fincas en el lugar de Santa Maria de la Vila Viella de Ixar. En el mismo año, su hijo y II Señor de Híjar, inicia la construcción del Hospital e Iglesia de la Santa Cruz. También ordenaría la construcción del puente sobre el río Martín y la Cruz Cubierta.
En 1318, se estaba construyendo en estilo mudéjar, la Iglesia de Santa María la Mayor. En 1319, la iglesia, fue ascendida a la categoría de Colegiata, por el Papa Juan XXII siendo recurrida por la Iglesia del Pilar el 5 de noviembre del mismo año, y restituida en su antigua dignidad; eso si con la posibilidad de mantener el abad y las canonjías correspondientes.
El IV Señor de Híjar, D. Pedro Fernández de Híjar y Alagón. Hacia 1384, tomo los hábitos de monje Bernardo, en el Monasterio de Rueda, donde murió. Su sarcófago, conservado en la actualidad en el Museo de Zaragoza, se colocó en la capilla de San Lorenzo de dicho monasterio.
En 1410, Açach Chinillo, firmaba como el “adelantado” de la Aljama de Ixar, una solicitud de ampliación de la Sinagoga.
De la aljama de moros, se posee muy poca información. No obstante, por referencias de la época, nos consta que fue tan importante como la aljama de los judíos. En el fogaje de 1495, aparecen enumeradas 40 familias en la “aljama de los moros”; ha esto hay que añadir el “lugar de Hurrea”, en el que las 52 familias eran todas moras, siendo conocido este pueblo como la última aljama.
|