Este apellido es muy extendido en la península con numerosas casas solariegas.
Apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la batalla de Alarcos donde Alfonso VIII, rey de Castilla, fué derrotado en 1195 y donde el propio rey acompañado de sus huestes, entre las que formaban parte miembros de esta familia, resistieron heroicamente aunque posteriormente fueron excomulgados por el papa Celestino III. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la celebración de las fiestas y justas que se celebraron en Madrid con motivo de la venida de D. Carlos, príncipe de Gales, hijo de Jacobo I, en tiempos de Felipe IV.
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