GUAYANFANTA. Nombre propio femenino, de La Palma. Cita: "Una palmera que se llamaba Guayanfanta, de grande ánimo y gran cuerpo que parecía gigante", tomada la referencia de ABR J 182, según (DOM.752).
La palmera Guayanfanta y la hermana de Garehagua; antes de la conquista de La Palma, la población auarita sufrió diversas incursiones piráticas protagonizadas por los colonos europeos instalados en El Hierro, quienes se dirigían a la isla vecina con el objetivo de robar y cautivar isleños. También durante aquellas escaramuzas la mujer palmera hizo gala de una bravura y una fortaleza física que quedarían reflejadas en la obra de Abreu Galindo [(ca. 1590) 1977: 279], cuando habla de la hermana del capitán palmero Garehagua (Gar_ehawa, ‘Perro vil’):
y los cristianos que fueron en su alcance prendieron un palmero y una palmera, [...]. La cual, como se vió presa, volvióse contra el cristiano herreño, que se decía Jacomar, y púsolo en tanto aprieto, que le convino favorecerse de las armas; y así le dió de puñaladas y la mató.
El mismo autor inmortalizará en las páginas de su Historia la pelea entre una cuadrilla de colonos herreños y la palmera Guayanfanta, mujer «de grande ánimo y gran cuerpo, que parecía gigante, y [...] extremada blancura»:
[...] como los cristianos la cercaron, peleó con ellos lo que pudo y, viéndose acosada, embistió con un cristiano y, tomándolo debajo del brazo, se iba para un risco, para se arrojar de allí abajo con él; pero acudió otro cristiano y cortóle las piernas, que de otra suerte no dejara de derriscarse con el cristiano que llevaba [Abreu (ca. 1590) 1977: 279].
El trágico final de Guayanfanta (wayya_n_fant´az, ‘orgullosa’, lit. ‘espíritu de vanidad o jactancia’) no parece ser una excepción. En varias ocasiones, las fuentes etnohistóricas nos hablan de nativos que habrían preferido la lucha cuerpo a cuerpo –y, en última instancia, el suicidio– antes que la sumisión al yugo invasor. Y, en ese último aspecto, las mujeres del resto del archipiélago canario no parecen haber sido menos decididas que las de La Palma. Un claro ejemplo lo constituyen los topónimos grancanarios delDespeñadero de las Mujeres, el Risco de las Mujeres o el Salto de las Mujeres, todos ellos documentados en nuestras fuentes etnohistóricas [Pérez Saavedra (1982) 1997: 169-170].
Como dato Curioso; en el municipio del Puerto de la Cruz en la isla de Tenerife se encuentra una calle con este nombre. (Chevi)
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