Este apellido es muy extendido en la penísula con numerosas casas solariegas. Por referencias de historiadores de la época, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la escolta del rey de Castilla, D. Fernando el Santo, que se entrevistó con su madre en 1245 en un lugar llamado Pozuelo donde luego se fundó Ciudad Real. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de las tropas de la flota de D. Francisco de Luxán o Luján, que en 1567 derrotaron a los barcos de John Hawkins en San Juan de Ulúa, pero en la que desgraciadamente logró escapar Sir Francis Drake a bordo del barco "Judith". Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia García Parreño. Son sus armas: En azur, un montón de balas de cañón, de piedra, puesta en pila, de plata. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia G., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento piedra es la característica del padre de la dinastía, fuerte y sólido ante las adversidades y con amor infinito hacia sus descendientes. Los esmaltes del arma de los G. pregonan los siguientes valores: el Azur corresponde al símbolo del agua, de la continuidad de la vida, es un color de nobleza, belleza, castidad y fidelidad, además otras virtudes caracterizaban a la familia, tales como la abundancia económica, la perseverancia, la suerte, la fama y el afán de victoria.
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