El origen de este ilustre apellido, por referencias de historiadores de la época, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la intervención del ejército de Don Fernando de Antequera en la pacificación de Cataluña después del compromiso de Caspe en 1.412 y también en la custodia del Conde de Urgel, Jaime I el "disortat", preso en el castillo de Xátiva en la celda vecina a la sala del Duque de Calabria. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de cuba, formando parte de la defensa gloriosa de La Habana a finales del siglo XIX. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Francine. Son sus armas: Cortado por una faja jaquelada de ocho piezas cuatro de oro y cuatro de sable; lo alto, de gules con un creciente ranversado, jaquelado de oro y sable y cargado de otro creciente más pequeño, de plata, y lo bajo, de plata. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia F., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento faja quiere decir que pertenecieron a órdenes militares de caballería. Los esmaltes del arma de los F. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte dicho esmalte señala a la familia con la felicidad, el amor, la nobleza y el esplendor, es decir, es el más noble de los metales.
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