En Buenos Aires, Argentina cerca del año 1915 el abuelo de mi mujer de origen Árabe proveniente de la familia Farah fue anotado como Fare. En esa época era muy común que se simplificaran los nombres provenientes de vocablos extranjeros. Estas modificaciones estaban basadas generalmente en la transcripción literal de la pronunciación del apellido por el mismo inmigrante, la interpretación del funcionario y la urgencia del tramite.