Se trata de un topónimo vasco que, también, se encuentra registrado como apellido en el nomenclátor onomástico de Euskaltzaindia (Academia de la Lengua Vasca). Su etimología deviene del sustantivo ELGE (Campo cultivado) al que se le sufija la partícula locativa y abundancial "-eta". Si entendemos que "Campo cultivado" es equivalente a "Campo sembrado" podemos traducirlo como "Sembrados".

Emigrantes españoles que se vinieron a Chile en el año 1820 colonizando el norte de este país. Fueron mineros expertos,y grandes criaderos de animales por generaciones. Los Elguetaz perdieron la z de su apellido quedando como hoy se apellidan, solo Elgueta

Apellido vasco, muy poco frecuente y, en raras ocasiones, escrito Elgeta. Tienen los así apellidados sus principales asientos en Madrid, Guipúzcoa y Barcelona, siendo menor su presencia en Vizcaya, Toledo, A Coruña, Alicante, Tarragona, etc. Tuvieron los Elgueta o Elgeta antiguas casas en el lugar de Elgeta, en el valle Real de Léniz (Guipúzcoa), y otra en el lugar de Gamboa (Álava). Pasaron a Navarra, asentándose en la villa de Marcilla y en Pamplona. De la rama de Marcilla fueron Juan Sanz de Elgueta y sus hijos, quienes en 1600 vieron reconocida su nobleza por los Tribunales de Navarra.

Otras ramas pasaron a ambas Castillas, Murcia, Canarias y América. Ante la Real Chancillería de Valladolid vieron reconocida su hidalguía Francisco de Elgueta, vecino de Berlanga (Soria), en 1614; Juan de Elgueta, vecino de Valladolid, en 1636; Juan de Elgueta, vecino de Bergara (Guipúzcoa), en 1601; Marcos de Elgueta, vecino de Alesanco (La Rioja), en 1548; Pedro de Elgueta, vecino de Lerma (Burgos), en 1524, y Cristóbal de Elgueta Orozco, vecino de Nájera (La Rioja), en 1619. Probaron su nobleza para ingresar en la Orden de Santiago Cándido de Elgueta y Hernández Celada, natural de Murcia, en 1784; Antonio Elgueta y de Milla, Secretario de la Inquisición de Murcia, natural de Atienza (Guadalajara), en 1745, etc., y para ingresar en la de Carlos III lo hicieron Antonio Elgueta y Hernández, en 1795, y Joaquín Elgueta y Mesa, en 1790.

Armas.- Unos Elgueta: De plata, con un roble de sinople, y un oso de su color trepando al mismo, asido a las ramas.