Este apellido es muy extendido en la penísula con numerosas casas solariegas. Por referencias de historiadores de la époc, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la construcción de la casa y la iglesia de Roncesvalles, participando en las obras sufragadas por Sancho el Fuerte de Navarra. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la negociación con los franceses en el Tratado de la "Devolución" de los Países Bajos a Francia en 1662, reinando Felipe IV. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Dolagaray.
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