Este apellido es muy extendido en la penísula con numerosas casas solariegas. Por referencias de historiadores de la época, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la militancia en el partido de los Vilareguts en contra a los pertenecientes al partido de los Centellas en los hechos acaecidos en Valencia a principios del siglo XV y que finalizaron con la intervención, casi milagrosa de San Vicente Ferrer en los pactos del 17 de Noviembre de 1.407. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de cuba, formando parte de la defensa gloriosa de La Habana a finales del siglo XIX. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Dienjos. Son sus armas: En sinople, dos lebreles, de su color, puestos en palo acollarados de azur. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia D., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento palo es la característica de los nobles de origen militar, (Palos) quiere aparentar los palos del "castrum" (campamento). Los esmaltes del arma de los D. pregonan los siguientes valores: el Sinople señala las características de la familia a las que fué concedido el escudo de armas que describimos y son tales como el vigor, el afán de victoria y el alto aprecio al honor y a la amistad, además otras características les enriquecieron como la alegría, esperanza, abundancia y caridad, tal es el significado de este esmalte que significa tierra.
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