El origen de este ilustre apellido, por referencias de historiadores de la época, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la ocupación de Lisboa en el año 798, formando parte de la guarnición que dejó el rey Alfonso II y que permaneció durante 10 años. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la celebración de las fiestas y justas que se celebraron en Madrid con motivo de la venida de D. Carlos, príncipe de Gales, hijo de Jacobo I, en tiempos de Felipe IV.
Son sus armas: Cuartelado: primero y cuarto, en plata, siete rosas de gules, con sus troncos de sinople; una grande, en medio, y las otras seis, más pequeñas, alrededor. Estos dos cuarteles traen: un jefe de azur, con tres flores de lis de oro, colocadas una y dos. Y segundo y tercero, en plata, un castillo de piedra, de tres torrecillas, sobre ondas de mar de azur; con puertas y ventanas tampién de azur; en cada torrecilla del homenaje, una banderita de azur y gules, con asta de sable. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia D., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento flores está ligada al propio (rosas nombre de la familia y a su probable origen foráneo rosa) (inglés o alemán). Los esmaltes del arma de los D. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad son las características espirituales de la familia, a las que hay que añadir otras como el afán de victoria y éxito y la elocuencia.
|