El origen de este ilustre apellido, por referencias de historiadores de la época, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la campaña contra el Islam acompañando las huestes de D. Alfonso señor de Molina y hermano de Fernando III el Santo rey de Castilla, en la batalla de los campos de Jerez en 1231 contra Aben Hud. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la escolta que acompañó al futuro rey D. Felipe, hijo de Carlos I (V de Alemania), de la Coruña a Southampton el 20 de Julio de 1554 para la celebración de su boda con la poco agraciada Doña Maria Tudor, llamada la sanguinaria, reina de Inglaterra e hija de Enrique VIII. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Deoña. Son sus armas: En oro, tres losanges, de azur, puestos dos y uno. Bordura de plata, con cuatro lises de azur alternadas de cuatro cruces de Santiago, de gules. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia D., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales. Los esmaltes del arma de los D. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte dicho esmalte señala a la familia con la felicidad, el amor, la nobleza y el esplendor, es decir, es el más noble de los metales.
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