Este apellido, escrito Oliva, “de Oliva” o “de la Oliva” es relativamente frecuente y se halla repartido por España. Procede de la voz –oliva- existente en todas las lenguas peninsulares. El apellido se originó a partir de apodos o a partir de topónimos, pues son numerosos los lugares que en España se llaman Oliva (Oliva de la Frontera, Oliva de Plasencia, Oliva de Mérida, Oliva, Oliva del Penedès, etc.). Hubo, por tanto, distintas casas del apellido, no emparentadas entre sí, siendo muy antiguas y notables las que tuvieron su origen en Navarra, Aragón y Catalunya, cuyas ramas pasaron al antiguo Reino de Valencia. Así, Juan de Oliva, fue miembro del Real Consejo en Barcelona a finales del siglo XV, y Antonio de Oliva, fue doncel y Regente de la Real Audiencia en dicha ciudad catalana, a mediados del siglo XVI. También de esta casa fue Pere de Oliva, quien en el año 1406 era arzobispo de Barcelona. Pedro de Oliva pasó desde Tudela (Navarra) a la conquista de Valencia, sirviendo a Jaime I de Aragón.
Otros Oliva probaron su nobleza en las Reales Chancillerías de Valladolid y de Granada, así como en las antiguas Órdenes Militares. Así, ante la Real Chancillería de Granada lo hicieron Antonio de la Oliva, vecino de Alájar (Huelva), en 1782, y Andrés de la Oliva Tamayo, vecino de Cazalla de la Sierra (Sevilla), en 1683.
En las provincias de Toledo, Albacete, Valladolid y Granada, entre otras, hubo también antiguas casas del apellido “de la Oliva”. Armas.- Unos (de la) Oliva: En campo de gules, una lechuza de oro.
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