El origen de este ilustre apellido, por referencias de historiadores de la época, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la campaña del rey Sancho VII, en 1215, formando parte de las tropas que conquistaron varias localidades valencianas y que el papa Honorio III reconoció su propiedad en 1216. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la negociación con los franceses del Tratado de los Pirineos el 7 de Noviembre de 1659, y en especial en la exacta delimitación de la frontera con Cataluña y Francia. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Dañón. Son sus armas: En oro, una encina de sinople y una caldera de sable, pendiente de una de sus ramas de la dereche, y a la izquierda un lobo de sable, pasante armado y linguado de gules. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia D., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento encina es símbolo de animo fuerte y constante en heroicas acciones y empresas valerosas. Los esmaltes del arma de los D. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte dicho esmalte señala a la familia con la felicidad, el amor, la nobleza y el esplendor, es decir, es el más noble de los metales.
|