El origen de este ilustre apellido, por referencias de historiadores de la época, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la batalla de Uclés, finales del siglo XI, donde fue muerto el infante D. Sancho hijo de Alfonso VI el batallador, rey de Castilla y León y de Doña Zaida, hija de Motamid de Sevilla. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la secretaria del duque de Osuna, que junto con el marqués de Villafranca y el marqués de Bedmar, prepara ron la "conjura de Venecia" para el 14 de Mayo de 1618, abortada por el aún no superado servicio de información de la Serenísima República de Venecia y su Consejo de los Diez. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Dambese. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia D., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento espiga es el augurio de eterna abundancia, de segura recompensa al trabajo, como el que recibe anualmente el agricultor, al recoger su cosecha. Es también vaticinio de Paz, pues no se puede cultivar el campo en tiempos de guerra. Los esmaltes del arma de los D. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte dicho esmalte señala a la familia con la felicidad, el amor, la nobleza y el esplendor, es decir, es el más noble de los metales.
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