El apellido Calderón es judio sefardí (judios acentados en la Península Ibérica), muchos de ellos transformados al catolicismo en la disgregación solo algunos de ellos conservaron su religión original. Muchos de estos judios conversos fueron colonizadores de América, por lo que el apellido se encuentra bien difundido en este continente.

Origen del apellido Calderón:

Castellano.

Escudo de Armas del Apellido Calderón:
En campo de oro, cinco calderas de sable, puestas en sotuer y una bandera de gules en cada una de ellas.

este es de origen israeli. llamados los sefarditas.emigraron en espana.y luego los espulsaron de espana.quiero informacion de los calderones en espana. de apellido calderon y sus ante pasados

Apellido de origen castellano; parece ser que el primero que utilizó este linaje y por tanto, tronco del mismo, fue don Ortún o Fortún Ortiz, hijo de Ortún Sanz, o Sánchez de Salcedo y Ayala. Sobre el motivo de usar el apellido Calderón, existen diversas versiones. Unos dicen que fue porque siendo niño, se cayó en una caldera; otros opinan que nació tan débil que no daba señales de vida y que sus amas para darle aliento, lo metieron en una caldera de agua tibia, a ver si así reaccionaba.

Omitiendo lo anterior, que probablemente no sean otra cosa que meras conjeturas, este apellido tal vez explique su origen en la semejanza de las palabras “caldera” y “calderón”, aumentativo de la misma, pero nada tiene que ver tal cosa con las citadas versiones de la niñez del personaje a que nos hemos venido refiriéndo. Es indudable que don Fortún Ortiz ya, desde niño, llevó este apellido, pasando a denominarse don Fortún Calderón, lo que más tarde le confirmó el rey don Alfonso, al mismo tiempo que le daba como blasón las armas que luego quedarán descritas.

En el siglo XIII, fue uno de los primeros ricoshombres a quien el rey don Alfonso señaló “heredamientos” en Sevilla.

Apellido de origen castellano, don Fortún Ortiz ya desde niño, llevó este apellido, pasando a denominarse Fortún Calderón. En el siglo XIII fue uno de los primeros ricohombres a quien el rey don Alfonso señaló “heredamientos” en Sevilla. Célebre es el miembro de esta familia, don Rodrigo Calderón que obtuvo el título de Marqués de Siete Iglesias y Conde de la Oliva, que víctima de la envidia terminó sus días en el cadalso, pero habrá que decir que, ni aún sometido al tormento aceptó las culpas de que fue acusado y subió al patíbulo con tal gallardía y arrogancia, que despertó la admiración incluso entre sus enemigos.
Sus armas: En campo de plata, cinco calderas de sable en sotuer. Bordura de gules con ocho aspas de oro.